Te has preguntado alguna vez la gran importancia que tienen los hábitos y la alimentación en nuestros primeros 1000 días por el resto de nuestra vida? Estos días, los cuales van desde la concepción hasta los dos años, constituyen un periodo de rápido crecimiento y un desarrollo significativo; puesto que mientras crece el cuerpo y los órganos, también se desarrollan el cerebro, el sistema digestivo y el sistema inmunológico. Así que es una posibilidad única para construir las bases de la salud futura. De este modo, es esencial garantizar que tanto la madre como el bebé tengan acceso a una nutrición óptima durante estos primeros días.

¿Por qué es tan importando la nutrición durante estos primeros días?

La nutrición en estos días no solo repercute en la salud a corto plazo del niño, sino que también tiene un papel fundamental en la salud de la vida adulta. En muchos estudios se ha visto que desequilibrios durante esta etapa pueden afectar al riesgo de desarrollar dolencias como la obesidad, retraso del crecimiento, diabetes, alergias  o dolencias cardíacas en la vida futura.

¿Qué perfil tiene el sistema gastrointestinal del bebé?

Si nos centramos en el sistema gastrointestinal del bebé durante los primeros meses, este todavía es inmaduro y esto comporta unos problemas digestivos típicos en esta etapa que despiertan mucha preocupación en los padres:

  • La inmadurez del trato digestivo y el estómago, junto con el hecho de que el vaciado gástrico es más lento comportan que, en algunos casos, aparezcan regurgitaciones, que irán mejorando con el paso de las semanas y que en la mayoría de bebés desaparecen antes de los 6 meses de vida.
  • La inmadurez del hígado y el páncreas hacen que no haya una dificultad en la digestión de ciertas sustancias como por ejemplo, las grasas.
  • Aunque se pensaba hace poco que los bebés nacían estériles, estudios muy recientes demuestran que no es así. La flora intestinal de los bebés no está bastante desarrollada hasta después de unos meses. Esta flora es imprescindible para sobrevivir, puesto que tiene funciones varias en procesos importantes como por ejemplo el sistema inmunitario.
  • Además, el hecho que las vellosidades intestinales no estén desarrolladas del todo provoca que haya sustancias, como la lactosa, que se absorba en menos cantidad.

¿Qué problemas gastrointestinales encontramos normalmente en pediatría?

Regurgitación: Las regurgitaciones se dan cuando la leche se mezcla con los ácidos estomacales y vuelve a la boca a causa de la inmadurez del trato digestivo que cierra la entrada del estómago, provocando así que el niño escupa o vomite una pequeña cantidad de leche sin fuerza, lo que lo diferencia del vómito normal. Tenemos que intentar no preocuparnos porque es un proceso habitual que pasa entre los 6 y 12 meses del lactante.

Hay que seguir con la lactancia recomendada y, en caso de que el niño sufra de regurgitaciones que le impidan el correcta aumento de peso, habrá que cambiar a algunas fórmulas Anti-Regurgitación (AR).

Cólicos: Son periodos recurrentes de llantos e irritabilidad, sobre todo durante los primeros 5 meses de vida y suelen ser debidos a la inmadurez de los intestinos, lo que hace que den lugar a gases y dolor.

Para mejorar los cólicos podemos incorporar prebióticos para el lactante. Hoy, algunas leche como, por ejemplo Enfamil, ya los llevan incorporados en su formulación. Hay que seguir con la lactancia materna recomendada y si tiene muchos dolores se puede cambiar a fórmulas Anti-Cólico (AC), las cuales están formuladas de forma que facilitan la digestión del lactante evitando así los dolores.

Estreñimiento: Solo hablamos de problemas de estreñimiento cuando hace 2 o menos deposiciones en la semana, y estas son con dolor. Podemos instaurar un cambio a fórmulas Anti-Estreñimiento (AE) y, en casos graves, incorporar algún producto laxante como Blevit L que ayudará al lactante a ir de vientre.

Hay que destacar la importancia de los omega 3 (sobre todo del DHA) en las leches infantiles ya que ayudan al desarrollo cerebral, cognitivo y motor del niño.

Garantiza una buena alimentación de tu bebé ahora, por una salud futura mejor.